Como todo, o casi todo en nutrición: DEPENDE.
Depende de tu intención, de tu hambre por la mañana y como no, de la elección que hagas.
Este es uno de esos muchos dichos que nos han inculcado, y bien, desde pequeños, pero ¿por qué? La industria alimentaria sabrá.
Muchos estaréis pensando que no solo es la industria, sino que mucho antes el refranero español ya nos decía:
Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo.
De acuerdo, pero es que ya no comemos como antes (y menos mal), no tenemos la misma oferta alimentaria en los supermercados (que antes no había) y no tenemos el mismo estilo de vida que se llevaba antes (y qué alegría).
¿Alguna vez te has parado a pensar porqué ese dicho está en masculino? El hombre era quien salía de casa para ir a trabajar y normalmente, estos trabajos requerían de una buena condición física y suponían un alto gasto energético. Es decir, le convenía salir de casa con el estómago lleno.
Hoy en día, la mayoría de los trabajos (que no todos) no suponen ese desgaste físico y tenemos descansos reglados por la Ley para poder descansar o tomar un tentempié. Por lo tanto, si queremos que se convierta en nuestra comida más importante del día (sin haber ningún dato que lo justifique), debemos, como mínimo, hacer una elección correcta de lo que vamos a comer.
Aquí se complica la cosa por dos aspectos: la industria alimentaria y la cultura.
Por un lado, la industria alimentaria y sus alimentos “para el desayuno” como: galletas, cereales…, posiblemente, la comida a la que más anuncios se dirigen. La industria nos hace creer que para tener buena energía y vitalidad durante todo el día, a primera hora de la mañana debemos comer productos azucarados.
Por otro lado, la cultura. Rápido y conciso la cultura es un factor muy importante a tener en cuenta, ya que, por muy saludable que puedan ser unas lentejas, a nadie se le ocurre comerse un plato recién levantado (o al menos en España, que yo sepa). Y es la misma que nos ha hecho criticar toda la vida el desayuno inglés con alubias y huevos fritos mientras aquí nos abastecíamos de todas las galletas y cereales azucarados del mercado.
De hecho, hemos llegado a creer que un desayuno de zumo + leche + cereales es el ideal; dejando de lado un desayuno típico de la zona mediterránea (factor cultural): fruta + tostadas con tomate y aceite de oliva virgen extra + café con leche.
Ahora bien, ¿cómo lo hacemos para mejorar nuestro desayuno? Vamos a ver qué cambios podemos hacer para ir mejorando poco a poco esta ingesta.
Zumo → Batido de fruta con yogur natural azucarado → Fruta a bocados.
Cereales refinados azucarados → Cereales refinados sin azúcar añadido → Cereales integrales sin azúcar añadido
Galletas → Galletas integrales sin azúcar → Galletas caseras sin azúcar
Y así podemos ir cambiando nuestro desayuno.
PREGUNTA DE ORO: Si el desayuno no es la comida más importante del día, ¿puedo no desayunar? SÍ.
Fuente e inspiración: Mito 6; <<El desayuno es la comida más importante del día>>; Mi dieta cojea. Aitor Sánchez.
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